miércoles, abril 28, 2010

brainwashing, brainironing, brainfolding

Partido de fútbol del miercoles por la tarde. Yo volvía a casa.

La luna ya había salido, pronto será llena. Se la veía un poco escondida por unas nubes grises en un fondo casi negro. Aún no han encedido las farolas.
Después de un día de mucho calor, la noche parecía destemplar, y mi calle, tan larga y ancha, estaba extraordinariamente oscura, como pasa a veces cuando va a haber tormenta después de un gran bochorno. Dentro de poco quizás hubiese muchos coches pitando y gente sacando medio cuerpo por la ventanilla con una banderita, pero de momento la calle estaba desierta. Silencio absoluto. Solo en la otra acera un chico en bici, y yo.
Pasa un coche, después de un rato pasa otro. No hay circulación. Me alejo de la fila de coches aparcados porque hay un par de hombres solos, dentro de sus coches, escuchando la radio.
Es bastante siniestro.

De pronto se oyen muchos gritos simultáneos procedentes de muchas ventanas. Los bloques de la derecha, los pisos nuevos de la izquierda, la residencia de estudiantes, todas las ventanas abiertas por el calor, y todos viendo el mismo partido. Todos, convertidos en un Grito. Una especie de trueno, podréis entender.
El chico de la bici miró hacia arriba, hacia el Grito, y pedaleó mas rapido, fue como si de pronto presintiese una tormenta.



Ay, fue muy extraño






marz

3 comentarios:

Tom Hagen dijo...

Sería un cuervo, un cuervo montado en bicicleta.

Ese día mi bicicleta desapareció de mi garaje, solo apareció la cadena machacada.

Verdugo dijo...

seria el gol de Piqué

Clockwork Girl dijo...

Seguramente seria el mágico momento en que el jardinero del Barça, como buen culé, echó a los interleianos a golpe de aspersor...a mi personalmente, me encanto ese momento, casi tanto como los cacahuetes rancios que acompañaron el partido.

Los ciclistas son otro mundo, no te juntes mucho con ellos, esas mallas ajustadas no pueden ser buenas.