lunes, febrero 22, 2010

el músico y el ego

Nuestra joven orquesta sinfónica grabó un disco la temporada pasada (2008), y junto con el disco que grabó la banda sinfónica, la junta de Castilla y León nos mandó gratuitamente un doble disco para cada integrante de la orquesta. Nos llegó durante el encuentro de este pasado verano, mientras estábamos preparando el nuevo programa y nos encontrábamos todos internos en una residencia en Salamanca.

Por error, una de las remesas que enviaron no fue de la temporada de 2008, sino de la anterior, 2007, en cuya grabación la mayoría de los componentes actuales de la orquesta no habían participado, pues fue cuando aún estaba la plantilla de la beca anterior (hubo pruebas de acceso para renovación tras los 3 años de beca al finalizar la temporada 2007). Subsanado el error y tras enviarse un nuevo paquete que contenía los discos que faltaban de la temporada 2008, la caja que contenía la remesa equivocada quedó en el comedor-sala común, para que, ya que lo habían enviado, quien quisiera pudiese coger uno de esos discos.

Tomé uno. Realmente no me atraía todo el repertorio que estaba grabado en los discos, pero sí parte de él, y aunque sabía que mi hermana tenía uno igual, lo cogí de todas formas.

Unos pocos de mis noventa compañeros hicieron también como yo. Metieron la mano en la caja, ojearon el disco, y se lo llevaron con ellos.

Pero ya pasados cuatro o cinco días desde entonces, de una caja de cuarenta discos todavía quedaban unos treinta. Yo tenía una hora libre y estaba en la sala comedor haciendo tiempo, cuando se me acercaron tres de las cocineras, que terminaban ya su jornada, y señalando a la caja, me preguntaron tímidamente: “¿Crees que podríamos coger uno?”

Entonces me di cuenta. ¡Qué ceguera!

¿Así que nos hacemos llamar músicos, pero cuando nos ofrecen gratuitamente música no le hacemos aprecio? ¿Así que sólo nos interesa la música, estúpidos instrumentistas, cuando nos sentimos protagonistas únicos y excepcionales y guapísimos de ella?

Cómo explicar la vergüenza que me invadió, una vergüenza no exactamente propia pero no exactamente ajena, que me hacía sentir ridícula en un colectivo que se supone que nos define como algo que efectivamente y con toda claridad, no somos!

Abochornada en mi ya poco orgullo de músico, contesté a las mujeres, “claro claro, llévense los que quieran”, y ellas se pusieron contentísimas mientras cogían uno para cada una, y me dieron las gracias sonrientes. Qué sonrisa más feliz mientras se quitaban el gorrito del pelo y el uniforme de cocina, qué agrado más sincero en unas personas que me dieron una lección de humildad sin siquiera saber que lo habían hecho.

Se alejaron con el disco. No me cabía ninguna duda de que lo escucharían.

Todavía con la cabeza gacha, cogí un disco más y me lo llevé a la habitación. Quizá dentro de un tiempo podría regalárselo a alguien que supiese apreciarlo.



marz

sábado, febrero 13, 2010

Nerea izango zen

Hegoak ebaki banizkio
nerea izango zen,
ez zuen aldegingo.

Bainan, honela
ez zen gehiago txoria izango

eta nik...
txoria nuen maite.



Si le hubiera cortado las alas

habría sido mío,
no habria escapado.

Pero así,
habría dejado de ser pájaro.

Y yo...
yo lo que amaba era un pájaro.

mz

jueves, febrero 11, 2010

el puto ectópico

Dícese de la situación traslocada del adjetivo-sustantivo "puto/a" en un lugar de la frase diferente al comúnmente utilizado. "Puto/a" deja en ese momento de tener la acepción peyorativa clásica para pasar a tener una función de enfatización de la palabra a la que complementa.

No obstante de su desnaturalización y pérdida de significado, crea el clima deseado de tensión pragmática y gramatical. Así, es frecuente la localización del puto ectópico en lugares tales como detrás del sustantivo o delante del verbo.

"No encuentro los libros putos"
"O te quedas o te puto largas"

son algunos ejemplos ilustrativos del puto ectópico.

werz

viernes, febrero 05, 2010

Swingin'

Cuenta la historia que, por el año de 1501 en Suecia, una orquesta tocaba como ninguna otra, su música seducía a toda clase de audiencia en el país, tocando el corazón de la gente de todas las clases sociales. Sus presentaciones ganaron una rápida reputación de ser vigorosas y la orquesta ganó una muchedumbre de seguidores.

Durante la segunda mitad del siglo 16 la crítica contra la dictadura de la corona real se había intensificado. Regalos y arrendamientos habían hecho a la iglesia excesivamente rica y, puesto que el dinero solamente era usado para consolidar más su poder, el descontento entre el pueblo iba creciendo; para mucha gente la orquesta presentó un nueva perspectiva para hacer frente a la vida diaria.

La iglesia comenzó a ver cómo su influencia iba decayendo y presentó a la orquesta como traidora, diciendo que sus intenciones era todo menos justas, proclamándolos devotos del diablo (esta fue la frase que le dio el popular nombre a la orquesta) y dictó una orden de persecución contra los integrantes para asesinarlos despiadadamente, forzando a la banda a refugiarse en establos o graneros, donde un número muy limitado de gente podía asistir, pero nunca faltó el apoyo del pueblo apoyándolos con alimento y de algún lugar donde poder dormir.

Para poder capturarlos la iglesia ofreció una recompensa a la persona que proporcionara información que condujera a la captura de la orquesta, la suma era cuantiosa y, como la orquesta ya estaba cansada de vivir refugiada se dio cuenta de que todo había acabado. Sabían que tarde o temprano alguien revelaría su escondite y prefirieron retirarse con estilo pero, antes de hacerlo, todos firmaron un pacto para que sus descendientes se reunieran 500 años después, reagruparan la orquesta y continuaran el trabajo de esparcir música que hiciera pensar. Seis sobres fueron sellados y dados a los administradores de la orquesta para ser entregados a los miembros de la familia.

Organizaron un gran concierto final, miles de personas asistieron, prácticamente nadie se quedó sin escuchar el concierto. Gracias a la enorme cantidad de gente la orquesta pudo tocar hasta la última canción antes de ser arrestados por guardias armados, fueron enviados a prisión y después condenados a la horca.

Mucho tiempo después, por accidente en el año 2003 en Estocolmo, dos de los descendientes originales de la orquesta se encuentran en una tienda de música y comienzan a hablar, ambos coinciden en haber recibido una extraña carta de un antiguo familiar que contiene instrucciones de como reunir a la “Orquesta de los diablos”, ambos se emocionan y, aunque con cierta genealogía, logran encontrar a los restantes sucesores en un periodo de tres meses.

Desafortunadamente todas las partituras de la banda original fueron confiscadas y quemadas por la iglesia allá por 1503, así que la nueva orquesta no tenía dirección que seguir. Después de algunas discusiones meticulosas acordaron que la música debería ser una versión moderna de la vieja orquesta. Annlouice fue elegida al frente de la banda, su angelical y poderosa voz operística era perfecta para traer un sentimiento explosivo a la música, Punctus para programar un toque más futurístico al sonido, comparte las tareas de la guitarra con Daniel, quién también es el compositor principal de la banda; Andy agrega algo de groove y funk con el bajo, mientras que Andreas se encarga de agregar la energética batería a estos ritmos.

Y lo que es mejor: me han enganchado tanto que no puedo parar de oírlos.





Mik

martes, febrero 02, 2010

las paralelas

-Bravo! Pero mira que bien lo haces María!
Se ríe un poco. Agarrándose a las barras sigue andando y me habla sin mirarme.
-No, ya no... Yo llevaba unos ultramarinos en la plaza del mercado, sabe? yo he sido mucho, he trabajado toda mi vida, pero ahora... ya tengo más de noventa años...
-Ni siquiera los has cumplido aún..Y ves a aquel señor? tiene 102 años! y baja las escaleras a saltitos. Todavia puedes hacer mucho... tienes que intentar caminar... va a ser mucho mejor para tí después.
-Mejor estaría en una caja de pino...

La mujer que caminaba a su lado se para y pone una mueca hacia ella. Ingresó allí cuando cerraron el psiquiátrico. Tiene la cara típica de mujer loca, con los ojos muy abiertos y la boca inexpresiva, pasa todo el dia con la bata puesta, y lleva siete años sin reirse ni llorar.
-Huele fatal.... -dijo.


Hoy María tenía la camisa mal abrochada, no llevaba pendientes, pareciera que realmente ya tuviese 100 años, o demasiadas ganas de no tenerlos. Me mira, ella no ha escuchado nada.

Continuamos andando hacia la silla. Enfrente de nosotras, un espejo nos acusa de algo.

-Señorita.. cuando me van a dejar marcharme ya de aquí.


marz

lunes, febrero 01, 2010

Lecciones (I)

Amaos los unos a los otros, o pereceréis.



Mik