Él te había dicho la frase más bonita que jamás habías escuchado. Lo era realmente! Todavía eres capaz de recordar los espacios de silencio entre cada palabra que daba. Creando fuerza rebuscas, lo intentas, la escena vuelve a tu mente pero tras recordarla casi entera, se esfuma para no volver.
Así que resignada relajas de nuevo tus ojos, y vuelves a mirar al profesor, a escuchar lo que dice, mientras maldices deseando no haber recordado nada, para mantener como mágica la razón de por qué esa mañana te levantaste tan feliz.
marz
1 comentario:
martuchii!we need a tea, now!! a ver si hablamos cielito! :D
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